miércoles, 8 de junio de 2016

Ensayo/ Méndez Ortiz María Guadalupe

DESEMPLEO, INCERTIDUMBRE O JUVENTUD
El presente ensayo intenta describir la percepción de la situación laboral que enfrentan los jóvenes en el estado de Guanajuato. Las ideas aquí desarrolladas son producto de una entrevista de opinión diseñada con base en tres argumentos centrales del texto de Robert Castel sobre la relación de los jóvenes con el trabajo y el informe del Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE) publicado en 2013 acerca de la situación de los jóvenes en el país. Mi percepción inicial es que en tanto que jóvenes podemos ser creativos a la hora de ofertar nuestra fuerza de trabajo. El mercado laboral guanajuatense tiene la particularidad de favorecer al sector industrial, lo que no limita las posibilidades de competir en el sector público, de incursionar en la política o de emprender un negocio propio.
      A1. “¿Jóvenes o recién llegados?”[1]     
Robert Castel (2010) dice que la categoría edad y la relación primera con el trabajo están, con frecuencia, asociadas. De ahí que lanza la pregunta de si “tienen los jóvenes una relación específica con el trabajo”, a lo que respondo afirmativamente. En Guanajuato las tasas de desocupación, subocupación e informalidad entre jóvenes de 15 a 29 años son altas, según lo indica una nota periodística[2]. Aunque el gobierno del estado enfoca esfuerzos y recursos para hacer frente al crecimiento anual de la población económicamente activa (PEA) a través de la generación de empleos, parece que los jóvenes mantienen una relación incierta con el campo laboral, quizá producto de una desorientación profesional o de una sobredemanda.
Como sea, y esperando contrarrestar esta situación, desde 2013 se puso en marcha el Modelo mexicano de formación dual (MMFD) para garantizar que desde el tercer semestre de un bachillerato tecnológico, profesional técnico o profesional técnico bachiller los alumnos se inserten al mercado laboral empresarial[3]. Mientras que en las universidades, la incertidumbre se afronta de manera distinta puesto que por definición, según la RAE (2016), hablamos de instituciones en donde se “[hacen] los estudios mayores de ciencias y letras, [las cuales tienen] autoridad para la colación de grados en las facultades correspondientes”.
En contra de la opinión de Gustavo Orenday, disto de creer en la conveniencia de un modelo de formación dual aplicable a las universidades[4]. Los jóvenes universitarios bien pueden aprovechar el respaldo y el reconocimiento institucional para entablar relaciones sociales, buscar opciones de servicio social prometedoras, “tocar puertas” o “abrirse camino” en el campo laboral.
      A2. Pobreza estructural


La pobreza como problema estructural es el segundo argumento que rescato del texto de Castel. En el caso guanajuatense, ésta pone en una situación de desventaja a aquellos jóvenes con rezago educativo[5] porque las empresas están obligadas legalmente a contratar sólo a quienes tienen un grado de escolaridad mínimo de preparatoria, lo que no garantiza una percepción salarial satisfactoria ni excelentes condiciones laborales. De tal modo que la pobreza resulta ser un factor explicativo tanto del rezago educativo (tabla 1) como de la desocupación masiva, la economía informal y la delincuencia organizada.


 
 





Con todo, el panorama no es tan pesimista. El círculo vicioso “pobreza que genera pobreza” puede romperse. Por ejemplo, hay programas para jóvenes emprendedores que promueven los tres órdenes de gobierno con un respaldo financiero a título perdido. Existen también acciones gubernamentales para combatir el rezago educativo, desalentar la economía informal y atacar la incidencia juvenil en actos de delincuencia organizada.
      A3. Nuevas actitudes frente al trabajo
El último argumento que retomo es el que refiere a una ruptura generacional en el nivel de escolaridad y la actitud frente al trabajo, entre padres e hijos. Extrapolado al objeto de este análisis, en cuanto a nivel de escolaridad, los jóvenes encuestados en 2012 por el IMJUVE superaban en número a los padres de familia con educación básica, media superior y superior (tabla 2). Mientras que su actitud frente al trabajo, a diferencia de lo que sugiere Castel, es más bien desconcertante.
A decir de Orenday, lejos de observar una actitud responsable, disciplinada y eficiente, hay una tendencia a encontrar jóvenes poco comprometidos con el campo laboral. Según sugiere, la razón es que están desorientados respecto a su plan de vida y al verse enfrentados con la realidad pierden el entusiasmo por trabajar; renuncian y “prueban suerte” durante un tiempo indefinido buscando cubrir sus expectativas (tabla 3). Frente a esto, las empresas (lo mismo que las dependencias gubernamentales, los partidos políticos, las universidades y cualquier otra institución) aumentan la demanda de jóvenes con actitud responsable.
      Hacer carrera política siempre es una opción
Puesto que nunca es deleznable hacer carrera política, conviene ser un personaje activo desde temprana edad para así adquirir experiencia y entablar relaciones sociales estratégicas. Aunque los jóvenes son un recurso retórico agotado en los discursos, los partidos políticos sí están abriendo espacios para formar a nuevas generaciones. De entrada ofrecen puestos simbólicos como mecanismos de prueba. Pero cuando los jóvenes demuestran ser apasionados, buenos gestores, movilizadores y personas leales no encuentran mayores impedimentos para las nominaciones a cargos públicos.
Si bien un joven llama la atención cuando es creativo, tiene experiencia, calificación escolar, compromiso, ambición, visión, capacidad innovadora y propositiva, hay que ser conscientes de los tiempos políticos y generar simpatía entre la estructura jerárquica que controla estas instituciones. Conviene advertir que ser joven y querer vivir de la política es una apuesta riesgosa. El terreno político es muy inestable y ponerse a disposición de las oportunidades que genera es una actitud bastante ingenua.
      Conclusiones
Titulé este trabajo como “Desempleo, incertidumbre o juventud” porque considero que de pronto sobredimensionamos los problemas de la inserción juvenil en el mercado laboral. A diferencia de otros grupos etarios, los jóvenes tienen oportunidad de emplearse cuando activan su capacidad innovadora, creativa y arriesgada. Aunque seguramente el primer empleo dista mucho de cumplir con sus expectativas laborales, no obstante, las posibilidades de crecer están subordinadas al compromiso, la experiencia y las relaciones sociales conseguidas.
En el caso particular del politólogo, desde mi punto de vista, hay un amplio margen de acción para ofertar de manera creativa la fuerza de trabajo e incursionar en cualquier ámbito laboral. No parece imposible la idea de venderse con el diseño de una política pública, o una propuesta de ley, o llevando capacitaciones, o elaborando discursos políticos y proyectos para bajar recursos federales. También podemos buscar becas para estudiar posgrados o emplearnos como profesores. O apostar por una carrera política.






Anexos
Tabla 1. Nivel escolar de los jóvenes, 2012



Tabla 2. Nivel de estudios de esta generación vs generación de los padres, 2012

 




Tabla 3. Expectativas ante la educación, 2012

  







Bibliografía
Castel, R. (2010). “¿Tienen los jóvenes una relación específica con el trabajo?”. En El ascenso de las incertidumbres. Trabajo, protecciones, estatuto del individuo. Argentina: FCE.
Colín, M. (12 de marzo de 2014). “Adverso, el mercado laboral para los jóvenes en el Bajío”. En El financiero. Recuperado en: http://www.elfinanciero.com.mx/economia/adverso-el-mercado-laboral-para-los-jovenes-en-el-bajio.html. Consulta: 6 de mayo de 2016.
Dirección de Investigación y Estudios sobre Juventud. (2013). Diagnóstico de la situación de los jóvenes en México. SEDESOL, IMJUVE. Recuperado en: http://www.imjuventud.gob.mx/imgs/uploads/Diagnostico_Sobre_Jovenes_En_Mexico.pdf (PDF). Consulta: 6 de mayo de 2016.
El Heraldo. (8 de octubre de 2014). “Tasa de desempleo, más elevada entre jóvenes”. En El Heraldo del Bajío. Recuperado en: http://heraldodelbajio.com/tasa-de-desempleo-mas-elevada-entre-jovenes/heraldodelbajio.com. Consulta: 6 de mayo de 2016.
Secretaría de Educación Pública. Modelo Mexicano de Formación Dual. Recuperado en: http://www.sems.gob.mx/es_mx/sems/modelo_mexicano_formacion_dual. Consulta: 6 de mayo de 2016.
Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2015). Información por entidad. Educación, Escolaridad, Guanajuato. INEGI. Recuperado en: http://www.cuentame.inegi.org.mx/monografias/informacion/gto/poblacion/educacion.aspx?tema=me&e=11. Consulta: 6 de mayo de 2016.





[1] (Castel, 2010: 112)
[2] Revisar en: <http://heraldodelbajio.com/tasa-de-desempleo-mas-elevada-entre-jovenes/heraldodelbajio.com>
[4] Quizá la propuesta de Gustavo va más encaminada al establecimiento de un modelo de formación dual entre empresas e Institutos Tecnológicos.
[5] “En Guanajuato, el grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más es de 8.3, lo que equivale a casi segundo año de secundaria” (INEGI, 2015).

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