“No
hagas lo que sinceramente no quieres hacer.
Nunca
confundas movimiento con acción”.
Ernest
Hemingway
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¿Cuántos libros ha
escrito?
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¿Cuándo es que
comienza su carrera como escritor?
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¿De qué manera usted
entra en ese mercado laboral tan competitivo como lo es el de los escritores y
poetas que buscan publicar su trabajo? ¿Existió la necesidad de tocar puertas
antes de publicar?
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¿Cómo observa la
transformación del mercado laboral para los nuevos talentos literarios?
·
¿Considera usted que
es precaria o mal recibida la labor de escritor en México?
·
¿Qué ha ocurrido en
México para que no existan nuevos escritores de la talla de Octavio paz, Carlos
Fuentes o Juan Rulfo?
·
¿Considera usted que el
amor por la labor literaria se ha ido desvaneciendo, al menos en México? ¿Por
qué?
Benjamín Valdivia es un filósofo, escritor y poeta, además de crítico
literario y catedrático de la Universidad de Guanajuato, cuya obra ha sido
reconocida estatal, nacional e internacionalmente.
DE LA JUVENTUD, LA LITERATURA Y EL
TRABAJO
¿Tienen
los jóvenes una relación específica con el trabajo? Esta es una pregunta que se
hace el autor Robert Castel en su libro “El ascenso de las incertidumbres”, la problemática
de este pequeño ensayo se cierne sobre los temas que reflexiona el autor en el
capítulo cuarto y las dimensiones que tales problemáticas reflejan en torno a
los jóvenes que buscan internarse en el mercado laboral, específicamente en el
mercado literario. Producto de una entrevista realizada a un poeta y escritor
hidrocálido que trabaja en Guanajuato, el Dr. Benjamín Valdivia, quien escribe,
publica y edita desde su juventud y nos proporciona un acercamiento al ambiente
de la literatura, tanto artístico como laboral.
Se
dice que los jóvenes, en México y el mundo, sienten cierto desapego con
respecto al trabajo, trabajo que podemos interpretar desde su definición más
simple como una acción que requiere de la aplicación física o intelectual por
parte de algún individuo o colectividad. Pareciera ser que los jóvenes tienden
o hemos tendido a la inactivada, producto tal vez de las nuevas tecnologías y
la vanguardia que nos ofrece la globalización.[1]
Actualmente
el trabajo literario se encuentra enganchado en un margen parecido, cada día
existen menos escritores, no obstante, parece que existen más publicaciones,
muchas de las cuales ya no son impresas en un libro como a la práctica antigua,
ahora son editadas en un formato electrónico para su distribución a partir de
una página web.
Todo
parece indicar que la labor literaria ha sufrido ciertas variaciones de entera
importancia, producto de cultura contemporánea, donde las redes sociales, el
internet y las nuevas comunicaciones juegan un papel fundamental; donde la
atención se mide en segundos para los medios escritos, a diferencia de los
medios visuales que condensan de mejor manera la atención del espectador.
En
México existen precarias condiciones en el mercado de trabajo, no obstante,
parecen ser aún peores en el mercado de trabajo literario puesto que es muy
complejo que un autor, por más talentoso y preparado este sea, pueda fácilmente
vivir de la literatura, aquellos que lo hacen es porque mantienen un público
muy amplio, donde puede ya no haber cierta calidad literaria, normalmente aquellos
que venden una gran cantidad de obras son autores de novelas sencillas.
Los
nuevos talentos literarios, al igual que los aun escasos poetas mexicanos y otros grandes escritores, no dedican su
tiempo o el cien por ciento a la labor literaria, en cambio deben trabajar
dentro de instituciones que muchas veces les ayudan a crecer profesionalmente,
tal fue el caso del escritor Juan Rulfo, quien en vida publicó menos de cinco
novelas. Actualmente, muchos jóvenes autores se ven en la necesidad de tomar su
tiempo literario, por denominarlo de alguna manera, para laborar en
instituciones que no necesariamente tienen que ver con el arte, publicación de
libros o edición y están solo mermando
su talento y capacidad para crear.
Los
jóvenes son afectados más a menudo por la desocupación, pero sus periodos de
inactividad pueden ser más cortos (cuatro meses en promedio para los más
jóvenes), así, un joven tiene más posibilidades de salir rápidamente de la
desocupación, pero para ocupar un empleo más precario, aunque, los jóvenes
representan el mayor porcentaje de los recién llegados al mercado de trabajo (Castel,
2009: 114).
Si
bien la desocupación está en creciente y con ella el trabajo informal, más
profundamente en el caso mexicano, donde se escucha la estrepitosa leyenda del
médico que terminó siendo taxista o del licenciado que fue taquero toda su
vida. El empleo ha perdido su vieja virtud, donde la primera oferta de trabajo
representaba, para el estudiante recién egresado, una excelente fuente laboral casi
de por vida.
Lamentablemente
la desestandarización del trabajo se refiere a la humillación del pleno empleo,
cuya importancia era tal que era capaz de estructurar y unificar la carrera
profesional de la mayoría de los asalariados a lo largo de su vida. Uno de los
efectos mayores de esta onda de choque que atraviesa amplios sectores del
empleo es el desarrollo de lo que es denominado como el “modelo Biográfico”:
los itinerarios profesionales adoptan con frecuencia un aspecto caótico y el
individuo es más a menudo abandonado en sí mismo, porque su existencia
profesional ya no está estructurada por regulaciones objetivas y permanentes
(Castel, 2009: 115).
La
cultura de la literatura, la educación
básica y la herencia social representan diferentes tipos de capital, recuperando
a Bourdieu, no se han ido desvaneciendo en el caso mexicano, más bien, jamás
han estado fuertemente presentes dado que la media de libros por persona en
México ni siquiera alcanza uno al año, aun frente a datos del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y
Geografía) que aseguran que el mexicano lee en promedio cuatro libros al
año, y aun en estas cifras, esto refleja que estamos muy por debajo de países
como Inglaterra, Suiza, Suecia y Holanda donde la media de libros por persona
es de hasta diez.
No
obstante, no digo que todo sea malo, de otro modo no existirán jóvenes que
están innovando en materia de trabajo, como es el caso de la editorial
independiente Sexto Piso, fundada hace apenas algunos años en México.
Por
otro lado, no podemos olvidar que existe un latente temor a la desocupación,
que se constituye en una de las ansiedades más notorias entre los jóvenes que
terminan el nivel profesional de estudios, la necesidad de trabajo parece ser
aun hoy en día una de las prioridades de los jóvenes, los universitarios y de
todo el mundo.
Existe una zona gris de la vida social todavía
mal señalizada donde se desarrolla la que podría calificarse de cultura de la
precariedad, o cultura de lo aleatorio, y que está poblada por muchísimos
jóvenes cuya existencia ya no está estructurada alrededor del empleo estable y
que ya no organiza su vida en torno a la necesidad de acceder a él (Castel,
2009: 119).
Hay
que recordar que en el caso de México elementos como el fracaso escolar, la
rotación laboral y precarias condiciones laborales aunados a una la economía
informal dan como resultado una estructura de prácticas ilícitas, donde cada
individuo o familia busca alternativas diferentes para subsanar la necesidad de
vivienda, alimento y vestido.
Conclusión
La
oferta de trabajo, el apoyo y financiamiento para los emprendedores en México
está siendo desprovisto gracias al ejemplo de las múltiples empresas que entran
en el mercado año con año y fracasan.
Los
jóvenes que recién egresan de las universidades buscan ansiosamente una oferta
de empleo, lo que muchas veces no les permite crecer profesional, intelectual y
en algunos casos económicamente y siendo este el panorama para un egresado
universitario, lo es aún peor para alguien cuyos estudios son solamente de
bachillerato o secundaria.
Lamentablemente
los datos pueden ser manipulados con facilidad y el promedio de lectores parece
ser mucho mayor, pero no podemos negar que el ambiente literario, producto de
la cultura del mexicano, es cada día más pobre.
Bibliografía
·
Castel, Robert. (2009). “El ascenso de las
incertidumbres. Trabajo, protección, estatuto del individuo”. Fondo de Cultura
Económica. Buenos Aires. Argentina.
·
Sin autor disponible. (EL ECONOMISTA). Mexicanos leen en promedio casi cuatro
libros al año. 29 de Junio de 2015. Recuperado el 10 de Mayo de 2016.
[1]
Es propicio aclarar que esta condición no es propia de la mayoría de los
jóvenes, hay jóvenes que se ven en la necesidad de laborar desde muy temprana
edad, algunos por pobreza y otras por educación familiar, considero que esta manifestación es propicia de las
periferias y no de las grandes ciudades.
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