jueves, 9 de junio de 2016

Discurso/ Arroyo Vargas Fatima Romina




DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Como la sociedad democrática que somos, el pueblo de Guanajuato tiene el deber cívico de reconocer el importante papel político y social, que reside en las mujeres, con el respeto y la consideración que se merecen. Es por ello que el día de hoy recordamos con orgullo las acciones tomadas, por aquellas mujeres de valor que sentaron el precedente de la lucha por derechos igualitarios. Lucha que aún no ha concluido, y que sí aun conmemoramos, es porque nos falta mucho por lograr y por hacer.
Si bien es cierto que las mujeres desde siempre, han buscado su lugar como ciudadanas dignas, aunque no fue hasta un 8 de marzo de 1857, cuando se intensificó esta lucha, siendo Estados Unidos, el país pionero donde por primera vez se dio cabida a una manifestación pública, a favor de mejores condiciones laborales para las trabajadoras. Siendo que hasta el 28 de febrero de 1909, fue que se reconoció en dicho país, el día de las mujeres socialistas.
Posterior a este suceso (y diversos hechos angulares), fue como comenzaron a suscitarse diversas manifestaciones alrededor del mundo en pro del sufragio y la dignidad para las mujeres trabajadoras, quienes se unieron a esta única causa: el reconocimiento de sus derechos.
El día oficial internacional, fue celebrado por la ONU hasta el año de 1975, momento en el cual el movimiento feminista internacional comenzó a ganar importancia, realizándose la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer donde por primera vez y a nivel mundial, se dio el justo reconocimiento a la legitimidad de sus demandas
Por esta y más razones, es importante situar en el contexto actual la situación de la mujer en distintos ámbitos, sobre todo el laboral. Pues según datos del INEGI, en nuestro Estado las mujeres aún se encuentran en desventaja en cuanto a la población económicamente activa. Pues del 67.7% de la población económicamente activa, las mujeres solamente representan el 24.13%. Mientras que en todo el país, el 43 por ciento de las mujeres de 14 años y más, forman parte de la población económicamente activa, de las cuales el 91.9 por ciento combina sus actividades extra domésticas, trabajo y estudio, con quehaceres del hogar. Contrasta con el tema de los varones, de los cuales el 54.5 por ciento cumple con esta condición de combinar ambas actividades. Dichos indicadores son suficientes para saber que aún quedan acciones por terminar.
Sobre todo en el tema de la subordinación hacia la mujer. Por ejemplo, en los mandos de dirección de Administración Pública Federal, los hombres continúan siendo dominantes, donde entre siete cargos, el equilibrio porcentual no es alcanzado entre hombres y mujeres.
A continuación cito más cifras que lo sustentan lo expresado en el tema de subordinación, pues de las 57 millones de mujeres en este país, el 70 por ciento viven en la pobreza; el 87 por ciento de las familias monoparentales son sostenidas por ellas, y las brechas de desigualdad en relación con los hombres se ven incrementadas. En promedio las mujeres ganan entre 13 y 23 por ciento menos, en comparación del salario de un hombre, realizando la misma labor y estando —en muchos de los casos— más capacitadas.
Sin embargo, no todos los esfuerzos han sido en vano, pues se ha logrado que en esta legislatura histórica el congreso cuente con 16 diputadas, quienes sientan hoy un precedente de cambio y de consideración.
Es por ello que el partido apoya y propulsa los temas sobre la equidad de género, a través de organizaciones como la “Secretaria de igualdad de género” y la “Organización Nacional de  Mujeres”. Las cuales se dedican a fomentar el liderazgo político entre mujeres en diversos estados de la república, donde la propuesta es postular promotoras en los distintos puntos, para que de esta forma, se desarrollen agendas políticas que legislen a su favor y las representen. Entre los valores principales que la organización promueve, se cuentan las relaciones políticas de las mujeres que contemplan la unidad, pluralidad, y el respeto resultante de estas, siempre contemplando el reconocimiento mutuo.,
Nuestro partido también cree certera, la consideración de los grupos minoritarios como lo son las mujeres indígenas, quienes por consiguiente, deberían comenzar a tomar un papel cada vez más incluyente en nuestra sociedad. Y en cuanto a incluyente, no me refiero a darles “becas” o a enseñarles español, pues esa es una solución que cae en absurdos. Es necesario, procurar que se desarrollen en su propio ámbito, que se reconozcan sus derechos humanos, que sean protegidas en sus costumbres y actividades económicas propias, pues al ser un sector tan pequeño en nuestra población, son las menos consideradas y las más desprotegidas.
Por ende, tienen derecho a ser tratadas igualitariamente, reconociéndoles una identidad única y autentica que las diferencia, pero les otorga al mismo tiempo un sentimiento de respeto y afirmación.
En la fracción parlamentaria del partido de la revolución democrática estamos consternados por la violencia hacia las mujeres en el estado, pues a pesar de que existe una ley que asegura su protección, mucho nos deja que desear su aplicación, pues no se les da seguimiento a las víctimas y cuando acuden a hacer una denuncia se les subestima o se les ignora. Esto es preocupante, pues desde el 2013, los temas en equidad de género y violencia se han ido posicionando, pero no se les ha dado una eficaz solución.
Según datos de la sociedad civil “Las libres” para el 2011 se contabilizaban 54 feminicidios, en 2012; 56,  para 2013, 75  y para el 2014 (hasta el mes de julio) ya habían 30 en el curso. La ley ahí está, pero los datos se siguen escondiendo o ignorando. La alerta de género no llega y el CONAVIM (La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres) solo hace “recomendaciones” al gobierno del estado. Recomendaciones hechas, sobre investigaciones que en realidad no cuentan con datos exactos ni puntuales, acerca de la violencia real que se vive en nuestro estado, pues es de saberse que si no se cuenta con la cultura, es entonces “ver normal” la violencia o la discriminación que se vive, cuando no debería de ser así.
Se necesitan cifras antes que palabras, y es algo que no se entiende y que no se ha atendido a pesar de ser tan grave.

Por ello el partido PRD, pide encarecidamente, se haga caso a la petición de situar a Guanajuato sobre “Alerta de Género”. No con la intención de señalar o acusar los errores y faltas, sino para aprender de ellos y de esta manera, lograr emprender soluciones y acciones en conjunto, que contribuyan positivamente, a la delicada situación que viven las ciudadanas guanajuatenses. Nuestras propuestas legislativas, buscan impulsar la creación de nuevas instituciones que den seguimiento a las denuncias de nuestras mujeres, que las escuchen, que contribuyan a erradicar la discriminación existente. Todo esto con la principal intención de fomentar el desarrollo en la conciencia de género (pues como mencioné anteriormente) de nada sirve la ley si no existe esta cultura entre la población. Debemos enfocar nuestras consideraciones hacia el cambio de conductas, percepciones y actitudes. Entendemos que sólo a partir de esta condición, lograremos la igualdad política y social que tanto hemos anhelado, y finalmente hombres y mujeres, luchemos en conjunto hacia objetivos que nos unan, objetivos que estén encaminados hacia la equidad, la libertad y la justicia.


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