«Nosotros los jóvenes en Tiempos
Modernos»
Mucho
se ha dicho sobre la problemática situación que presentan los mercados
laborales actuales, la demanda laboral supera por mucho a la oferta y aunado a
lo anterior, lo que se oferta no es, en muchas ocasiones lo que los centros
productivos requieren. Sin embargo, para los jóvenes el panorama resulta aún
más desalentador, no sólo son vulnerables en su condición de jóvenes sino como
recién llegados al mercado laboral, así
como su falta de experiencia y capacitación para desarrollar actividades
específicas.
Las
generaciones han ido cambiado mucho, para las personas de años atrás, el
trabajo era la actividad central sobre la que giraba su vida, sin embargo con
el paso del tiempo hemos ido perdiendo el interés con respecto al trabajo,
aunque no por eso, la preocupación por la remuneración que éste representa. Tal
como lo menciona Robert Castel «es normal que sus actitudes respecto de este
universo [del trabajo] sean diferentes de las generaciones anteriores, cuya
vida, durante varios decenios, estuvo organizada alrededor del trabajo y
socializada por el trabajo.»
¿Cuál
es pues la relación de los jóvenes de nuestra generación con el empleo?
Antes
de hablar sobre las actitudes que tienen los jóvenes frente al trabajo, vale
revisar a lo que se enfrentan al ingresar al campo laboral, «padecen más despiadadamente
las nuevas políticas de gestión de la mano de obra por parte de las empresas»
traducidas en precariedad de las condiciones de trabajo, desocupación de larga
duración, relaciones de trabajo aleatoria.
Con
el objetivo de materializar lo anteriormente expuesto se ha realizado una
entrevista a profundidad con un joven que se ha insertado recientemente en la
industria, para de esta manera conocer de primera mano sus impresiones y
experiencias.
Andrés
Rosales Martinez, procedente de Celaya Guanajuato, egresado de la Ingeniería en
Plásticos y Polímeros de Universidad Politécnica de Juventino Rosas. Tras ser
beneficiado con el programa gubernamental «Capacitación sin fronteras» realizó
una estadía en Alemania por 3 meses en prácticas profesionales con una empresa
del sector automovilístico, misma a la que se incorporó a su llegada.
ARM:
Cuando cursaba el sexto cuatrimestre de la carrera, salió la convocatoria para
Capacitación sin fronteras y apliqué. Primero tuve que mandar mis papeles,
hacer exámenes de inglés y de conocimientos generales como primer filtro, y por
último los finalistas nos entrevistamos con el gerente general de la empresa.
Al final fuimos 7 los elegidos.
- ¿Qué consideras que hiciste distinto con
respecto a los demás aspirantes que determinó que tú fueras aceptado y los demás no?
ARM:
Primero, creo que mis estudios fueron determinantes pues era el perfil que la
empresa buscaba, especialistas en plásticos y los demás aspirantes habían
estudiado áreas un poco más extensas, sin especialización, se ahorraban así un
rato de capacitación. Pero también creo que fue muy importante el examen de
inglés y de conocimientos, así como las prácticas que había realizado en otras
empresas antes.
- Regresas de tu estancia en Alemania
¿con qué te encuentras?
ARM:
Fue un choque fuerte, las condiciones laborales de allá son muy distintas a las
que hay aquí en México, aun siendo la misma empresa, principalmente en el
horario laboral, mi horario de trabajo es de lunes a viernes de 8:00 a 5:30,
solo que en Alemania a la hora de mi salida me iba y ya, aquí raro es el día
que salgo a esa hora, constantemente tengo que volver los fines de semana y en
horario nocturno.
- Muchos jóvenes de tu edad se sienten
frustrados a causa del desempleo, ¿cómo te sientes respecto a ellos?
ARM:
Seguro que estoy más frustrado que ellos jaja, la industria no es amable con
las personas y mucho menos con los jóvenes, de verdad.
- Profundicemos ahí, desde tu
experiencia ¿Qué ocurre con los jóvenes en tu empresa?
ARM:
Aparte de que eres joven, eres "el nuevo", te asignan mayores cargas
de trabajo sin embargo, a pesar de que ya tenemos una capacitación, no tenemos
experiencia y hay muchas cosas que solo se aprenden con la experiencia pero
nadie quiere ayudar. Tienes que responder a muchos jefes y te ponen a hacer
cosas que no te corresponden porque sabes que por ser nuevo, no les puedes
decir que no. Son muchas presiones para las que nadie nos preparó. Algunos de
mis compañeros creen que está bien porque la paga lo vale pero pues no todo es
dinero. Y de los jóvenes obreros ni hablar, trabajan muchísimo y en condiciones
difíciles por 700 pesos a la semana.
- ¿Cómo es tu relación con las personas
mayores con las que trabajas?
ARM:
Es una situación complicada, la verdad es que nosotros entramos con un buen
salario y nos toca entrar a dirigir un área en la que trabajan muchas personas
que llevan años en la empresa, son obreros que se han ido calificando con el
paso del tiempo y obviamente saben un montón, tienen mucha experiencia que nosotros
no tenemos pero no quieren cooperar, por este rollo de que "a ti te pagan,
tú resuélvelo", todo eso va entorpeciendo las relaciones dentro del área.
- La tendencia es a que los jóvenes no
se interesen por el empleo pero a la vez el valor que le dan sea similar
incluso al que le dan las personas de generaciones pasadas ¿A qué le atribuyes
esta situación?
ARM:
Al orden social en el que vivimos, por una parte es necesario el trabajo para
subsistir pero las condiciones laborales que se ofrecen no son agradables para
nadie, es completamente entendible que a los jóvenes no les interese el trabajo
si ven lo que las personas que trabajan padecen, los jóvenes traemos otra onda,
queremos conocer gente, lugares, maneras, hacer las cosas distintas, sin
embargo el trabajo nos ata. Sería muy bueno si pudiéramos estudiar lo que nos
gusta, que haya oportunidades para todos no sólo para las personas que sirven
para la producción, sin que haya cuestiones de que "estudiando eso te vas
a morir de hambre".
Creer,
a partir de una sola entrevista que todos los jóvenes corren la misma suerte es
impensable, no sólo se presentan situaciones laborales muy diversas sino que
también cada persona asimila las cosas de manera muy distinta, sin embargo es
importante destacar la importancia de elegir una carrera de acuerdo a gustos e
intereses propios ya que finalmente eso determinará gran parte del futuro.
Es
evidente que, como se plantea en el texto de Castel, los jóvenes no están
interesados en el trabajo, porque la gama de opciones que tienen para trabajar
no tiene nada que ver con sus gustos y pasiones, pero es lo único que les
asegura su sustento.
La
sociedad es tan diversa que resulta imposible pensar que todas las personas
disfrutan de las mismas cosas, y si hay algo urgente por hacer es diversificar
las opciones laborales, la creación de empleos no sólo en la industria, que a
los jóvenes se les presente un abanico de alternativas en distintas áreas que
les aseguren un buen vivir aún sin ser "productivos".
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